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La propuesta, respaldada durante el primer pleno de marzo, incluye adaptar la legislación existente para que se tengan en cuenta los avances tecnológicos y las tendencias sociales, como la edad de los conductores, las nuevas distracciones al volante (sobre todo por el uso de los aparatos electrónicos) y el incremento de las bicicletas y los peatones en las carreteras europeas.
¿Qué cambiará?
Todos los nuevos vehículos tendrán que incluir una serie funciones de seguridad con el objetivo de salvar vidas en la carretera:
Sistemas de control inteligente de velocidad para avisar al conductor de que están sobrepasando la velocidad límite mediante información háptica (vibraciones) a través del pedal del acelerador
Sistema de monitorización de la somnolencia y la atención del conductor para evaluar el estado de alerta del conductor y avisarlo en caso de que fuera necesario
Sistema capaz de reconocer el nivel de atención visual del conductor con respecto a la situación del tráfico y que, en caso necesario, avisa al conductor
Señal de frenado de emergencia que emite destellos rápidos de las luces de frenado para avisar del frenado a los demás usuarios de la vía pública que circulan por detrás
Detector de marcha atrás, que informa al conductor de la presencia de personas u objetos detrás del vehículo para evitar colisiones
Sistema de control de la presión de los neumáticos, que avisa al conductor de pérdidas de presión
Interfaz para la instalación de alcoholímetros antiarranque, que obliga al conductor a soplar en un dispositivo de respiración en el vehículo antes de arrancar
Registrador de datos de accidentes, que registra y almacena parámetros e información críticos relacionados con una colisión antes, en el transcurso y después de esta.
Los turismos y las furgonetas tendrán que incluir obligatoriamente sistemas de advertencia de abandono de carril y sistema de frenos de emergencia, que ya son requeridos en los camiones. Estos últimos así como los autobuses tendrán que incluir sistemas de visión directa, que permitan al conductor detectar desde su asiento a los usuarios vulnerables en la carretera sin recurrir a espejos o cámaras. También contarán con sistemas de alerta que detecten a los ciclistas y peatones que se encuentren muy cerca.
La exigencia de unas funciones de seguridad avanzadas para los vehículos servirá de ayuda para que los conductores se acostumbren gradualmente a las mismas y mejorará la confianza y la aceptación del público en cuanto a la transición hacia la conducción autónoma.
Próximos pasos
Las normas se negociarán con el Consejo antes de que puedan entrar en vigor.
Seguridad vial en 2017: hechos y cifras
Entre 2001 y 2017, el número de muertes en la carretera descendió un 57,5%
En torno al 95% de los accidentes de tráfico se debió a errores humanos
Los pasajeros de turismos representaron el 46% del total de muertes
Los usuarios vulnerables de la vía pública (peatones, ciclistas o usuarios de vehículos de motor de dos ruedas) representaron otro 46%
Rumanía, Bulgaria y Croacia fueron los países que registraron mayor tasa de mortalidad debido a accidentes de tráfico
A España le fue bien con respecto a la seguridad vial, manteniendo su posición entre los buenos registros, con 40 muertes por millón de habitantes
El 8% de las muertes tuvieron lugar en autovías, el 55% en áreas rurales y el 37% en áreas urbanas
Casi el 14% de los fallecidos tenían entre 18 y 24 años, lo que representa el 8% de la población europea
Debido a los cambios demográficos, la proporción de las víctimas mortales de más de 65 años pasó de un 22% en 2010 a un 27% en 2017
El 76% de las víctimas mortales fueron hombres y el 24%, mujeres. El 2% tenía menos de 15 años
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