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El verano es un época del año en la que debemos tener especial cuidado y extremar las precauciones en el entorno natural para prevenir los incendios. Si tenemos en cuenta que el 95% de los incendios forestales son provocados a través de la acción humana, es fundamental llevar a cabo acciones que nos permitan evitarlos. Poner en marcha medidas de prevención en este sentido, son vitales para salvar vidas y salvar nuestros bosques.
Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias de Cruz Roja Española
La Organización cuenta Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias, compuestos por personal voluntario entrenado para dar la mejor atención a personas damnificadas por este tipo de situaciones. En incendios, Cruz Roja está preparada para desplegar estos equipos con los que dar atención en relación a Intervención Psisocial, Logística y Albergue provisional, Asistencia Sanitaria y Búsqueda y Salvamento, siempre en coordinación y como auxiliar de los poderes públicos.
El apoyo de los colaboradores ante emergencias
Cruz Roja cuenta con apoyos fundamentales en su intervención con la población afectada por una emergencia. Uno de ellos, es el convenio que mantiene con la Fundación Solidaridad Carrefour gracias al cual se han distribuido artículos de primera y alimentos, a personas afectadas por una situación de emergencia como puede ser un incendio.
Otro de los colaboradores es Aneabe, a través de la creación del Banco de Agua Solidario en 2016, con el que se tiene como objetivo garantizar, en caso de desastre natural, el suministro de agua envasada a través de las empresas asociadas a ANEABE, en cantidad y calidad suficiente a las personas afectadas y de forma ágil y coordinada.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) Nº 15: proteger la vida de los ecosistemas terrestres
El ODS Nº 15 se centra en proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, el manejo sostenible de los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad.
La deforestación y la desertificación –provocadas por las actividades humanas y el cambio climático– suponen grandes retos para el desarrollo sostenible y han afectado a las vidas y los medios de vida de millones de personas en la lucha contra la pobreza. Los bosques cubren casi el 31% de la superficie de nuestro planeta y mantienen desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos. Alrededor de 1.600 millones de personas dependen de los bosques para su subsistencia.
Además, se calcula que los insectos y otros portadores de polen tienen un valor para la economía alimentaria mundial de más de 170.000 millones de euros anuales. Cada año desaparecen 13 millones de hectáreas de bosque y la degradación persistente de las zonas áridas ha provocado la desertificación de 3.600 millones de hectáreas.
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