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El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, ha pedido que se adopten urgentemente medidas para dar respuesta a la situación cada vez más desesperada de las personas refugiadas y migrantes en los centros de recepción en las islas del Egeo.
Las condiciones en los centros de las islas de Lesbos, Quíos, Samos, Cos y Leros son absolutamente inadecuadas y han seguido empeorando desde la última visita de Filipppo Grandi en el mes de noviembre. Aunque las llegadas a Europa por el mar Mediterráneo se han reducido considerablemente desde la crisis de 2015, durante el último año las llegadas a Grecia se han incrementado, agravando la masificación crónica en las islas.
Filippo Grandi ha agradecido los recientes esfuerzos del gobierno griego para mejorar la situación, y especialmente las medidas prioritarias anunciadas este mes. Sin embargo, resulta inevitable que pase tiempo hasta que tales medidas sean totalmente efectivas. Se necesita urgentemente una acción decidida para aliviar la situación de masificación mediante la organización de traslados a gran escala de solicitantes de asilo a la península helénica, donde también se debe reforzar con rapidez la capacidad de recepción y acogida.
“Las condiciones de vida en las islas son estremecedoras y bochornosas”, declaró Filippo Grandi, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados. “Grecia, con el apoyo de Europa, debe actuar de inmediato para poner remedio a esta situación insostenible, además de poner en marcha medidas a largo plazo”.
El invierno también está agravando el sufrimiento en las islas. Muchas personas viven sin electricidad ni agua corriente, en medio de suciedad y basura. Los servicios de salud son ínfimos. Además, los riesgos a los que están expuestas las personas más vulnerables -como mujeres embarazadas, mujeres que acaban de dar a luz, personas mayores, niños y niñas-, están entre los peores que hayamos podido observar en situaciones de crisis de refugiados en el mundo.
También es necesario dar respuesta a las preocupaciones, comprensibles, de las comunidades locales que acogen a las personas refugiadas y migrantes, para evitar que siga aumentando la tensión social.
Y, por supuesto, no se debe dejar sola Grecia. La Unión Europea (UE) ha proporcionado un apoyo esencial y continuo a través de fondos de la Comisión Europea y de sus agencias, como la Oficina Europea de Apoyo al Asilo. Estos recursos siguen siendo necesarios, pero también lo son las medidas para compartir las responsabilidades, como por ejemplo la reubicación de niños y niñas no acompañados y otras personas vulnerables. Desde que finalizara el programa de reubicación de emergencia en septiembre de 2017, solo unos pocos países europeos se han comprometido a recibir a solicitantes de asilo y refugiados desde Grecia mediante reubicación y procedimientos de reunificación familiar acelerados.
Para responder ante la crítica situación que se vive en las islas, ACNUR pide hoy al Gobierno de Grecia, a la Unión Europea y a los Estados europeos:
Reducir de forma urgente la masificación -y los riesgos que esta comporta- garantizando plazas de acogida adicionales en el territorio peninsular para al menos 20.000 personas y trasladarlas allí lo más rápido posible.
Mejorar las condiciones de vida para aquellas personas que permanezcan en las islas, priorizando el acceso al agua, al saneamiento y a la atención sanitaria.
Ayudar a los niños y niñas no acompañados reubicándolos en otros lugares en Europa y permitiéndoles reunirse con sus familiares.
Centrarse en garantizar que los procedimientos de asilo no solo sean más rápidos, sino también justos y adecuados.
Incluir salvaguardias en la inminente revisión de la legislación de asilo y en su aplicación.
Invertir en soluciones a largo plazo para las personas que sean reconocidas como refugiadas, ofreciéndoles la oportunidad de ser autosuficientes.
ACNUR está dispuesto a apoyar a Grecia en la búsqueda de soluciones para esta situación tan compleja.
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